28 de junio de 2014

Mi otro yo (Isabel Coixet, 2013)

Tenía bastante curiosidad por ver Mi otro yo, la última película de Isabel Coixet, en la que la directora catalana dejaba atrás sus particulares universos dramáticos para asomarse a un género, a priori, tan atractivo como el psicotrhiller con tintes terroríficos, donde nunca me hubiese atrevido a situar a la directora de dramas tan potentes como Mi vida sin mí o La vida secreta de las palabras.
Coixet se basa en la novela homónima de Cathy MacPhail para escribir una historia en la que nos presenta a una chica llamada Fay, interpretada por Sophie Turner, o lo que es lo mismo Sansa Stark de Juego de Tronos, a la que comienza a acechar una misteriosa chica idéntica a ella, que planea suplantarla y tomar su lugar.
Fay, cuya vida no es nada fácil, además de enfrentarse con los extraños e inexplicables sucesos que le están ocurriendo, debe lidiar además con un hogar desestructurado en el que el matrimonio de sus padres, interpretados por Rhys Ifans y Claire Forlani, no está pasando por uno de sus mejores momentos.
Con una interesante premisa argumental del doble que quiere suplantar a la protagonista, en Mi otro yo se dan la mano argumental y estéticamente unas muy evidentes influencias de varias cintas de terror asiático moderno, algún que otro susto de esos que no te esperas, pero sobre todo las tensiones dramáticas entre los personajes protagonistas, a su favor hay que decir que visualmente es bastante potente y que posee una atmósfera opresiva y perturbadora que juega muy a favor del espíritu de la película.
Completan el competente reparto, nombres tan interesantes como Jonathan Rhys Meyers, la veterana Geraldine Chaplin, y las españolas Ivana Baquero, la ya crecidita niña de la gran El Laberinto del Fauno, y Leonor Watling que no sabemos muy bien como ha llegado a conseguir trabajo en un instituto de Cardiff, ciudad galesa donde se desarrolla esta producción hispano-británica.
A pesar de ser una cinta que en un principio podríamos pensar que se adscribe en el género de terror psicológico, en ningún momento la directora abandona sus señas de identidad y aparte de mostrarnos algún que otro susto y alguna que otra escena desasosegante, principalmente se centra en las relaciones entre los personajes y los dramas que surgen entre ellos, por lo que quizá los espectadores despistados que se acerquen al cine en busca de una película genuinamente terrorífica puede que se van terriblemente decepcionados al encontrarse con un film al más puro estilo Coixet, con lo que eso conlleva.

5 de junio de 2014

X-Men: Días del futuro pasado (Bryan Singer, 2014)

Tras el éxito obtenido por la entretenida X-Men: Primera Generación, film por el que nadie apostaba y que acabó convirtiéndose en una de las mayores sorpresas del 2011 en cuanto a cine superheróico, los responsables de Fox lo tuvieron claro, el reboot o precuela de la franquicia mutante contaría con su correspondiente secuela que ha tardado tres años en gestarse.
El proyecto, como suele pasar en estas superproducciones de gran presupuesto, contó con varias reescrituras y cambios de director, y cuando en un principio todos parecía indicar que Matthew Vaughn sería el director de la secuela, éste abandonó el barco para enrolarse junto a su amigo Mark Millar en el proyecto de adaptación del cómic del guionista escocés The Secret Service.
La elección para sustituirle era bastante obvia, y Bryan Singer, director de las dos primeras partes de la primera trilogía y productor de la tercera, fue el elegido, para hacerse con las riendas de este enorme proyecto.
Con Singer a los mandos, hubo algunas dudas sobre qué camino tomaría la historia y cuales serían los personajes que aparecerían en Días del futuro pasado, título que hace referencia a la mítica historia escrita y dibujada magistralmente por Chris Claremont y John Byrne respectivamente, ya que los aficionados a la franquicia  no estaban muy seguros de si se continuaría con los personajes presentados en Primera Generación o si por el contrario, Singer haría borrón y cuenta nueva y continuaría su historia justo donde la dejó al abandonar precipitadamente X-Men: The Last Stand para marcharse a dirigir Superman Returns. Para la Fox la respuesta a estas dudas fue muy sencilla, y fue, obviamente, mezclar las dos "historias" presentadas hasta ahora, y a todos los personajes, y ver qué es lo que ocurría en una película que desde que se anunció fue el sueño humedo de cualquier aficionado a los cómics de mutantes, sobre todo por tomar el título, y adaptar bastante fielmente, una de las mejores historias que han tenido los mutantes durante toda su historia editorial.
Días del futuro pasado, sigue prácticamente al dedillo lo contado en el cómic de Claremont y Byrne, y nos presenta un desolador futuro post-apocalíptico, o más bien dicho un presente, en el que los humanos y los mutantes están en guerra y estos últimos son perseguidos y asesinados por unos temibles robots llamados Centinelas que además de asesinar a los mutantes se encargan de enviarlos a campos de concentración, junto a los humanos que se atreven a ayudarlos.
Un pequeño grupo de mutantes entre los que podemos ver a casi todos los personajes presentados en la primera trilogía, y a algunos nuevos mutantes que hacen su debut en esta nueva entrega de la franquicia, intentarán evitar este terrible panorama enviando la conciencia de uno de ellos a su yo del pasado, concretamente a 1973, con la misión de avisar a los mutantes que conocimos en Primera Generación, y entre todos poder evitar un asesinato que de producirse acabaría con la totalidad de la especie mutante y sumiría al mundo en la angustiosa pesadilla apocalíptica en la que se encuentran.
No quiero desvelar más del argumento, para que podáis sorprenderos en el cine, así que solo comentaré algunas impresiones sobre la película que me parece interesante destacar como las espectaculares y vibrantes, y sin embargo, escasísimas escenas que se desarrollan en el "futuro", que hacen que echemos en falta que se nos mostrara más detalladamente este mundo sin esperanza en el que los mutantes son cazados como ratas por los Centinelas. Otro de los aspectos positivos es la conseguida ambientación setentera del film, que logra transportar al espectador al año 1973, año en el que se desarrolla la mayor parte del metraje.
No quiero dejar de destacar la, breve pero intensa, aparición de cierto mutante velocista de cabellos plateados, que protagoniza uno de los segmentos más divertidos de la película, y que lamentablemente solo aparece unos minutos dentro del film, dando la impresión de que su aparición es un pegote añadido quizás por temas de derechos, ya que el personaje hace acto de presencia y desaparece y escaso peso argumental tiene posteriormente en la trama.
El elenco de actores, al unir a las estrellas de las dos sagas producidas hasta la fecha, es de auténtico vértigo, y da un poco de pena que la acumulación de actores propicie que algunos como por ejemplo Hale Berry, solo tengan un par de líneas de diálogo y otros solo aparezcan fugazmente en pantalla, como es el caso de Anna Paquin.
El protagonismo en esta quinta entrega recae en los hombros del inevitable y carismático Lobezno, interpretado por un Hugh Jackman al que le van pesando cada vez más los años, a pesar de su poderío físico, también sobre un joven Charles Xavier, brillantemente interpretado por un torturado James McAvoy, que tendrá que hacer una gran elección que cambiará su vida y sobre todo en Mística, a la que da vida Jennifer Lawrence, una de las actrices del momento, que se convierte, gracias a la magia de su agente y del caché, en el personaje en el que gira toda la trama y que será sin duda uno de los reclamos para el gran público. Mención especial merecen Bolivar Trask, al que da vida el televisivo Peter Dinklage, convertido en un villano muy a su pesar, y un joven Magneto, interpretado por un Michael Fassbender con piloto automático, que nos hace añorar su gran interpretación en Primera Generación, y que aquí veremos como esperará su oportunidad para sacar provecho de la situación.
Como puntos negativos habría que señalar la falta de ritmo en algunos momentos, la opción de tener a un montón de mutantes disponibles y que luego estos apenas aparezcan en pantalla y algunos diálogos reiterativos e interminables que se podrían haber obviado. A pesar de tener menos humor, y menos escenas de acción de lo esperable en una producción de este calibre, la cinta mantiene el tipo durante las dos horas que dura y entretiene, que ya es bastante en estos tiempos que corren, logrando su principal objetivo que es la de servir de nexo de unión de las dos "historias" presentadas hasta la fecha, dejando todas las tramas cerradas y a todos los mutantes listos para las nuevas historias que están por venir, de las que, por cierto, ya se ha anunciado la siguiente entrega que llevará por título Apocalipsis y que se estrenará en 2016.
En definitiva, X-Men: Días del futuro pasado es una cinta bastante digna que entretiene, pero que dejará al espectador con una sensación de oportunidad perdida, ya que el aficionado a la franquicia podría haber podido disfrutar de la película de mutantes definitiva, que hubiera podido competir incluso con Los Vengadores como mejor película de superhéroes jamás rodada, pero que sin embargo nos deja con un regusto agridulce. Esperaremos con ganas las nuevas entregas mutantes.
Un consejo, quédense hasta el final de los títulos de crédito, que hay sorpresa.