18 de septiembre de 2014

El Corredor del Laberinto (Wes Ball, 2014)

Antes de empezar a comentar El Corredor del Laberinto (The Maze Runner) quiero confesar mi total y absoluto desconocimiento de cualquier saga o sagas de novelas juveniles que, en los últimos años, están siendo adaptadas por los grandes estudios de Hollywood a raíz del éxito cosechado, primero por las novelas, y posteriormente por las varias adaptaciones cinematográficas de Harry Potter, y de otros títulos con temática similar dirigidas al mismo target como puedan ser Crepúsculo o  Los Juegos del Hambre. Ni he leído las novelas de todas estas franquicias literarias, ni planeo leerlas en un futuro inmediato, y en cuanto a las películas si que he podido ver alguna que otra, pero ninguna ha llegado a satisfacerme del todo.
Basada en una serie de novelas de corte juvenil, escritas por James Dashner, la historia de El Corredor del Laberinto, título de la primera novela de la trilogía, nos presenta a Thomas, interpretado por el joven Dylan O’Brian (Los Becarios, Teen Wolf), un muchacho con amnesia que de repente aparece en un claro de un valle en el que un numeroso grupo de muchachos, que se denominan a sí mismos clarianos, han creado una sociedad en la que cada uno tiene encomendada realizar una labor específica. Liderados por Alby, el primer chico que apareció en el claro hace tres años, el número de clarianos ha ido creciendo a razón de un muchacho por mes, sin saber ninguno de ellos de donde vienen, o como han llegado hasta ese claro, que está completamente rodeado por un gigantesco laberinto que va cambiando su configuración cada cierto tiempo, y que para colmo está custodiado por unas extrañas y mortíferas criaturas a las que llaman Laceradores. Con el objetivo de encontrar una salida a través del laberinto, un reducido número de muchachos llamados Corredores, investigan y memorizan cada rincón del mismo con la esperanza de encontrar la salida algún día, mientras intentan esquivar a los mortíferos Laceradores.
Thomas comenzará a tener una serie de misteriosas visiones relacionadas con una organización conocida como C.R.U.E.L., que le llevará, junto a algunos de sus compañeros, a hacerse preguntas sobre el origen del laberinto. A los pocos días, la inesperada llegada al claro de una joven llamada Teresa, desencadenará una serie de acontecimientos que, lógicamente, no voy a desvelar para no entrar en el terreno de los spoilers, y no destripar más aún la trama.
El elenco, repleto de jóvenes rostros del cine y la televisión, algunos un poco más conocidos que otros, cumple de manera efectiva, pero sin alardes, que ya es decir bastante cuando se trata de jóvenes actores, con poca experiencia a sus espaldas.
A pesar de ser su primera película, y contar con apenas un par de cortometrajes en su haber, Wes Ball no se maneja mal con la cámara y se nos descubre como un director bastante competente en las escenas de acción, capaz además de mantener el suspense y el interés del espectador a lo largo de las casi dos horas que dura la película, algo que es de agradecer en este tipo de cintas.
La única pega que le pondría achacar a esta cinta, que no deja de ser una película de entretenimiento dirigida al público juvenil, es su desenlace, o más bien su falta del mismo, ya que como todos nos podríamos imaginar, y más conociendo que se trata de una saga literaria compuesta de dos partes más, todo queda en el aire, y es que apenas hemos podido vislumbrar un pequeño porcentaje de la historia global y del mundo presentado en las novelas.
Tanto Fox como Wes Ball, que continuará como director, ya han confirmado la segunda parte, que llevará el título de The Scorch Trails (Las Pruebas), donde solo nos queda esperar a que todas nuestras preguntas, al igual que las del protagonista, queden resueltas en sucesivas entregas.
En definitiva, si a partir del viernes 19 de Septiembre, fecha en la que la cinta llega a los cines españoles,  te apetece ver una entretenida película de ciencia-ficción, con tintes de Perdidos y de El Señor de las Moscas, con una historia que mantiene el misterio, y con unos efectos especiales bastante aceptables, esta es sin duda la mejor opción para disfrutar en el cine. Si eres una joven cinéfila, y además de todas estas razones, necesitas alguna más, te diré que el reparto es un grupo de jovencitos de muy buen ver que quizás sean el reclamo que necesitas para acercarte al cine si es que no te atraen mucho las historias de ciencia-ficción.

5 de septiembre de 2014

Líbranos del mal (Scott Derrickson, 2014)

Líbranos del mal, enésima cinta de terror inspirada en casos reales, se estrana hoy mismo en las pantallas españolas.
Según reza la frase publicitaria que aparece en su cartel, la película está inspirada en una serie de casos reales en las que se vio envuelto Ralph Sarchie, oficial del departamento de policía de Nueva York. Dudo bastante que los casos investigados por el mencionado sargento sucedieran tal y como se cuenta en esta inclasificable cinta que puede llegar a descolocar al espectador, ya que su director no sabe muy bien si lo que nos quiere contar es un thriller sobrenatural con trazas de policíaco, o más bien un thriller policíaco con trazas sobrenaturales.
Scott Derrickson, un director de carrera algo irregular y con películas como El exorcismo de Emily Rose o el remake de Ultimátum a la Tierra en su haber, obtuvo hace unos años un moderado éxito con la cinta de sustos Sinister.
En su último trabajo, Derrickson regresa al género del terror sobrenatural para relatarnos una extraño caso de posesiones demoniacas, investigado por un descreído policía de Nueva York, interpretado por Eric Bana (Troya, Hulk), que pronto se verá obligado a pedir la ayuda del Padre Mendoza, un nada ortodoxo sacerdote especialista en exorcismos, interpretado por el actor venezolano Édgar Ramirez (La noche más oscura, El consejero), dando como resultado una especie de estrambótica buddy movie que, como he comentado antes no tiene muy claro a que género acogerse en ningún momento.
Tras un prólogo que nos sitúa en Irak donde tres soldados pertenecientes a los marines estadounidenses descubren algo extraño en una cueva oculta, la acción salta tres años en el tiempo y nos transporta a una ciudad de Nueva York, oscura y lúgubre donde se nos presenta de manera efectiva el atormentado carácter del personaje protagonista.
Con un guión escrito por el propio Derrickson, junto a Paul Harris Boardman, basándose en el libro del propio Ralph Sarchie, la cinta sabe construir de manera acertada una cierta tensión que mantenga interesado al espectador durante su primera mitad. Acertando de pleno sugiriendo, más que mostrando, al supuesto "villano" de la historia y limitando sus apariciones lo menos posible, pero lamentablemente, y según se va desarrollando la trama la película se va sumergiendo en todos los clichés manidos del género de terror, e incluso llegamos a ver persecuciones y alguna que otra pelea más propias de una película de acción, hasta llegar al inevitable exorcismo que se suele mostrar en el clímax de este tipo de películas.
Acompañan a los dos actores protagonistas, dos conocidos rostros televisivos como Olivia Munn (The Newsroom) y Joel McHale (Community), cumpliendo ambos eficazmente, pero especialmente McHale que muestra generosamente sus dotes humorísticas, erigiéndose como el alivio cómico de la cinta.
Aquellos que se acerquen al cine a ver Líbranos del mal y esperen la película de terror definitiva, quizá se sientan bastante decepcionados, ya que lo único que encontraran es una extraña mezcolanza de géneros, con algunos momentos que pueden producir la emoción contraria a la pretendida por el director, que sin ningún tipo de vergüenza se regodea en mostrar todo el catálogo de sustos del manual de este tipo de cine. En definitiva, una cinta entretenida para pasar el rato y poco más, pero que nos hace lamentarnos por la oportunidad perdida de, con los mimbres propuestos, haber creado una película verdaderamente terrorífica.

2 de septiembre de 2014

Hércules (Brett Ratner, 2014)

De todos es sabido que la modas en Hollywood son cíclicas, y gracias a éxitos como 300 de Zack Snyder o Noé de Darren Aronofsky, uno de los géneros que está volviendo con más fuerza es el denominado Peplum, que en estos últimos años está viviendo todo un revival gracias a una serie de cintas de calidad irregular que adaptan historias mitológicas. Como suele ocurrir en Hollywood, varios estudios suelen coincidir en cuanto a la historia que nos quieren contar y uno de los ejemplos más recientes ha sido el héroe mitológico Hércules, que este año ha visto como su leyenda ha sido llevada al cine en dos ocasiones, siendo la primera de ellas la dirigida por Renny Harlin, que he de confesar que no he visto aún, y la segunda, la dirigida por Brett Ratner, que este mismo viernes se estrena en los cines españoles, con Dwayne Johnson como principal reclamo.
Basada en los cómics de Radical Comics, escritos por el guionista Steve Moore, Hércules supone una nueva vuelta de tuerca al mito del semidiós griego despojándolo por completo de toda divinidad y humanizando a un personaje que aquí se nos presenta como el lider de una banda de mercenarios que vende sus servicios al mejor postor, y que gracias a una serie de argucias y engaños han ido fomentando a lo largo de los años el misterio sobre el origen divino de Hércules.
Aún siendo Dwayne Johnson el protagonista principal, el guión firmado por Ryan J. Condal y Evan Spiliotopoulos no se olvida de los personajes secundarios que dan réplica al enorme actor, acompañado por actores como Ian McShane o Rufus Sewell, que dan vida a este variopinto grupo de mercenarios, cada uno con una habilidad especial, que pueden recordarnos a una especie de proto superhéroes, y que tienen algunos momentos especialmente brillantes. Completan el reparto los veteranos John Hurt y Peter Mullan, que cumplen eficientemente en sus papeles, y un sobreactuadísimo Joseph Fiennes que en mi opinión es sin duda lo peor de la cinta.
Ratner, director de estudo con oficio, coloca la cámara con bastante brío y la cinta no se resiente en ningún momento, manteniendo el ritmo en prácticamente todo su metraje, mostrando además un diseño de producción bastante acertado, con varias escenas de acción realmente espectaculares donde el bueno de Johnson se despacha a gusto aplastando cabezas y rompiendo miembros a sus enemigos, e incluso en los momentos más relajados, uno no llega nunca a aburrirse gracias a los diálogos ágiles y frescos de los acompañantes de Hércules, que dan el tono humorístico a la película.
Como nota curiosa destacar que en el poster español aparece Irina Shayk, la modelo/actriz actual novia del futbolista Cristiano Ronaldo, como reclamo para atraer al público español a las salas, y realmente la bella señorita apenas aparece en pantalla en un par de escenas y creo recordar que solo pronuncia una frase.
En definitiva, Hércules es una cinta de acción y aventuras sin pretensiones de ningún tipo, y cuya única finalidad es la de mantener entretenido al espectador que acuda al cine con el sano propósito de pasar un buen rato durante sus 98 minutos de duración. Cine de evasión de lo más disfrutable.