13 de marzo de 2014

Una vida en tres días (Jason Reitman, 2013)

Tras ganarse el respeto de crítica y público por títulos como Juno o Up in the Air, el director Jason Reitman se ha hecho por fin un nombre en Hollywood y ha dejado de ser conocido como "el hijo de Ivan Reitman", o "el hijo del que dirigió Cazafantasmas".
Con una filmografía tan interesante como ecléctica a sus espaldas, Reitman ha sabido moverse cómodamente en los terrenos del drama y la comedia y ha sabido imprimir en todos sus films su particular sello de autor que hacen reconocible su estilo para el espectador.
Con algunos meses de retraso con respecto a su estreno en Estados Unidos, este fin de semana llega a las pantallas españolas su última cinta titulada Labor Day, aquí traducida como Una vida en tres días, una historia basada en la novela homónima de la escritora Joyce Maynard, que nos cuenta como la vida de Adele (Kate Winslet) y su hijo adolescente Henry (Gattlin Griffith), dará un giro radical al irrumpir en sus vidas el personaje de Frank (Josh Brolin), un convicto fugado que convivirá junto a ellos durante el puente del Día del Trabajo.
Con una historia plagada de tópicos que nos da la sensación de situaciones ya vistas en el cine y que podría recordar más de uno a cualquier Tv movie de sobremesa de los que emite Antena 3 cualquier fin de semana, se nos presenta a través de los ojos de Henry de una manera original al irnos desvelando sorprendentes detalles del pasado de Adele y Frank, que se van mostrando de manera dosificada por parte del director de manera brillante gracias a un montaje que no hace concesiones al espectador y que mantiene en tensión al espectador en todo momento.
Además de la previsible relación que los dos personajes protagonistas mantienen durante la historia, es interesante destacar el arco del personaje de Henry, que con la llegada del carismático Frank a su vida comenzará a entablar una entrañable relación de padre e hijo con este personaje, al tiempo que comienza a descubrir con cierta curiosidad, como cualquier adolescente, su despertar sexual y su paso de la niñez a la adolescencia.
El guión escrito por el propio Reitman se sabe mover con acierto entre géneros tan dispares como el drama y el suspense, saliendo bastante airoso en su resultado final y que nos revela a un director que, además de saber manejar las teclas del drama como ya hemos visto en sus anteriores trabajos, sabe mantener al espectador en tensión en algunas escenas que no desentonarían en una película de suspense.
Una vida en tres días es una propuesta muy recomendable que no debéis dejar de pasar a poco que os interese la filmografía anterior de su director, o si por otro parte os interesa mínimamente el trabajo actoral del trío protagonista que en esta película están los tres francamente soberbios.

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