23 de septiembre de 2013

Dolor y Dinero (Michael Bay, 2013)

Acaba de estrenarse en nuestro país la última película dirigida por Michael Bay, conocido por blockbusters tan espectaculares y taquilleros como La Roca, Armageddon o la (hasta ahora) trilogía de Transformers, que a la espera del estreno el año que viene de una nueva entrega de la saga robótica, se ha dedicado a rodar Dolor y Dinero (Pain & Gain, 2013), una película modesta dentro de su filmografía y que casi podríamos clasificar como "cine de autor".
En Dolor y Dinero, Bay nos narra una truculenta historia sobre un secuestro basada en hechos reales. Historia que podría haber dado para un drama bastante trágico, y a la que Bay ha decidido imprimir un agradecido aire de comedia negra que aligera bastante el tono de algunas de las tropelías que cometen los personajes protagonistas en varios momentos del metraje de la cinta.
Los personajes son una pequeña banda formada por tres culturistas con pocas luces y mucha ambición liderados por Daniel Lugo, un personaje obsesionado con el estilo de vida que vende el "American Dream" y cuyos ídolos son los personajes fílmicos Rocky Balboa de Rocky, Michael Corleone de El Padrino y Tony Montana de El Precio del Poder, interpretado brillantemente por Mark Wahlberg, al que acompañan Paul Doyle, interpretado por Dwayne "The Rock" Johnson, que consolida con cada nueva película su estatus en el Olimpo de super estrellas hollywoodiense; y Adrian Doorbal interpretado por el actor Anthony Mackie, al que veremos encarnando al Halcón en la inminente Capitán América: El Soldado de Invierno.
El guión firmado por Christopher Markus y Stephen McFeelyde nos presenta a unos personajes de dudosa catadura moral a los que podríamos calificar de patéticos perdedores, que sin embargo acaban ganándose el cariño del espectador en esta divertida cinta en la que Bay se nos transforma en un hiperactivo y acelerado imitador de cintas como Fargo, si a los hermanos Coen les hubiese dado por dirigir bajo los efectos de sustancias estimulantes.
Completan el reparto el inmenso Tony Shalhoub que da vida al rico empresario al que secuestran los personajes protagonistas, y que es uno de los aspectos más destacables de la película, y por supuesto no nos podíamos olvidar de Ed Harris, actor que ya había trabajado con Bay en La Roca y al que aquí regala uno de esos papeles secundarios que son auténticos caramelos para actores veteranos como Harris.
Aquellos espectadores que acudan al cine a ver Dolor y Dinero se encontrarán con una hilarante comedia negrísima, bastante cafre y salvaje por momentos, con la que el director californiano nos muestra una afilada y nada sutil crítica a ese tan ansiado e inalcanzable Sueño Americano, que si se toma demasiado en serio, como acaban haciendo los protagonistas de esta historia, puede acabar convirtiéndose en una obsesión y en una terrible pesadilla.
Resulta perturbador el modo en que Bay consigue hacer reír al espectador con una historia tan terrible que no lo olvidemos está basada en hechos reales, por eso el director no dejará de recordarnos en todo momento que todas las situaciones salvajes y surrealistas que aparecen en pantalla y con los que el espectador se está carcajeando de lo lindo, sucedieron del mismo o similar modo, y es que como se suele decir, la realidad por increíble y absurda que parezca supera en muchas ocasiones a la ficción.
Merece destacar la acertada elección de los temas que componen la banda sonora, todo un viaje nostálgico a la década de los noventa.
Termino esta breve reseña confesando que nunca he conseguido comulgar con la filmografía de Bay, y tampoco nunca he sido demasiado fan de sus blockbusters, pero reconozco que con esta cinta el director me ha conquistado y espero y deseo que en sus próximos proyectos tenga sitio para otros proyectos más personales y "modestos" alejados de blockbusters y franquicias, como esta extremadamente divertida y recomendable Dolor y Dinero que se ha convertido, sin lugar a dudas, en una de las comedias del año.

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