25 de septiembre de 2013

Admission (Paul Weitz, 2013)

Admission nos cuenta la historia de Portia Nathan, interpretada por Tina Fey (30 Rock), una de las responsables de tramitar las solicitudes de admisión en Princeton, una trabajadora ordenada y eficiente con una vida planeada hasta el milímetro, que verá su mundo vuelto del revés cuando aparecen en su vida un brillante joven con pobres calificaciones pero cuyo sueño es conseguir estudiar en la prestigiosa Universidad, y el maestro de éste Jonathan Pressman, interpretado por Paul Rudd (Si fuera fácil).
Atraído por el reclamo de su pareja protagonista, dos actores cómicos que me suelen gustar bastante y cuyos trabajos no me suelen defraudar, me acerqué con cierta cautela a esta película, una pseudo comedia romántica con tintes dramáticos que se queda a medio camino de los géneros citados no llegando a funcionar como comedia con unos escasos chistes torpemente ejecutados por parte del director a pesar de la buena voluntad puesta por Tina Fey, que no llega a explorar la parte dramática debido al tono ligero de la cinta y con unas escenas románticas que en lugar de emocionar dan bastante vergüenza ajena.
Los actores protagonistas no están del todo mal, pero a la Fey la hemos visto quizás demasiadas veces en papeles similares y ya no llega a sorprender, mientras Paul Rudd, por su parte pone empeño en evitar el histrionismo que ha demostrado en otras películas de corte más cómico y no lo hace del todo mal.
Completan el reparto varios actores secundarios del que cabe destacar la aparición de la siempre competente Lily Tomlin, en el papel de la madre de la protagonista que da algo de lustre a la cinta en las escenas que comparte con su hija.
En definitiva, una cinta anodina e insustancial que nos vuelve a contar una historia que hemos visto miles de veces, y en la que nada sorprende pudiendo llegar a aburrir en algunos momentos. La probada vis cómica de los dos actores protagonistas es echada a perder en esta cinta, no sabemos si por culpa del guión que tampoco da para más o si es por culpa del director, Paul Weitz, un realizador de filmografía irregular con varios títulos dirigidos a un público familiar, y cuyos títulos más conocidos quizá sean American Pie, la película que revitalizó las comedias juveniles gamberras, y Ahora los padres son ellos, la tercera parte de la trilogía de comedias protagonizada por Robert De Niro y Ben Stiller.
Ignoro si Admissión ha tenido o tendrá distribución por estos lares, pero personalmente no la recomendaría a esos cada vez más numerosos fans de la comedia romántica americana, que sé de buenta tinta que haberlos haylos.

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