25 de octubre de 2012

Outrage (Takeshi Kitano, 2012)

Tras varios años de sequía en la fimografía de Takeshi Kitano (si la memoria no me falla su última película estrenada en nuestro país fue Glory to the Filmmaker! en 2009), el director japonés regresa a las pantallas españolas con el género que le hizo famoso y en el que se ha sentido más a gusto en su filmografía, me refiero, por supuesto, al subgénero de Yakuzas, tan popular en el cine japonés.
Dos años después de su estreno en Japón, y gracias a Mediatres Estudio y a Cameo, mañana llega a los cines españoles Outrage (Autoreiji en el original), cinta donde Takeshi nos muestra las luchas intestinas en una organización Yakuza, en la que las diferentes familias que la conforman luchan entre ellas en una guerra sin cuartel para poder hacerse con el control de la organización y donde todos los personajes se nos muestran como unos auténticos desalmados sin escrúpulos y sin la menor pizca de lealtad hacia su organización y a sus superiores.
Outrage es una historia violenta, narrada con sobriedad, un ritmo lento y sin aspavientos, y donde el amigo Beat Takeshi se recrea mostrándonos varias escenas de violencia rozando el gore más sangriento, y algunas escenas salpicadas de ese humor tan personal y característico por el que siempre se ha caracterizado el director japonés, que no muchos llegan a entender.
A pesar de no desarrollar apenas a los diferentes personajes que aparecen en la película, hay que destacar la relación entre Otomo, interpretado por Kitano, y el policía, antiguo amigo del protagonista, que nos brinda algunos de los momentos más interesantes y divertidos de la cinta.
Cabe destacar como Kitano nos muestra los entresijos más oscuros e ignotos de las organizaciones Yakuza y sus milenarias tradiciones como por ejemplo los dedos amputados que no dejan de aparecer en pantalla en los 109 minutos que dura la cinta que tiene uno de esos finales que te deja un poco a cuadros y que muestra perfectamente como funciona el mundo actual, ejemplificado en una organización mafiosa, pero que perfectamente retrata como funciona cualquier estamento de nuestra sociedad actual, ya sea oriental u occidental.
En definitiva una cinta que no entusiasmará a los que busquen historias de mafiosos con escenas de acción, persecuciones y tiroteos, pero que si puede reconciliar al espectador con el cine de Kitano, ya que el director, tras sus films introspectivos, vuelve a sus orígenes en una cinta no tan redonda como algunas de sus cintas más recordadas de yakuzas, pero al menos tiene algunos aspectos sugerentes que pueden llevar al espectador al cine.
Antes de finalizar esta reseña, me gustaría señalar que la secuela de esta Outrage, Autoreiji: Biyondo, acaba de estrenarse en Japón por lo que es de suponer que si esta cinta funciona bien en taquilla, pronto podremos verla en las pantallas españolas.

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